Estoy a favor porque, para mi, es como ir a un exámen sin estudiar y es un TEST VERDADERO de cómo patina alguien. Claro que ahí ya entramos en el frondoso y alocado jardín de los gustos de cada uno,pero la verdad, la cinta underground de Josh Kasper haciendo cruising (en Cala Romana, en San Pakro o en Osaka), prefiero que siga ahí, bajo tierra, en Roswell (Nuevo México), con los extraterrestrials qué tienen hijos espiritualmente a través de las manzanas.
Los reyes del cruising en monopatín, como todos sabemos o deberíamos saber, són los habitantes de ese país experto en no saquear supermercados cuando todo se va a la mierda, en misteriosos guerreros que andaban sobre las aguas, en estampar aviones contra puertos hawaianos y en cocinar platos que romperían los esquemas psicológicos de tu abuela si te los zampas en Domingo de Ramos.
Cruising forever. Pero sin mariconadas.