Ernest nos cede su domicilio y sus instalaciones privadas para que podamos explayarnos y divertirnos...esta vez con grumetes invitados como Mufi o Simón, que patinaron más que algunos clásicos del evento, el resultado final son toneladas de diversión, como es lógico y natural. No os perdáis el genial Bitt resultante, como siempre, obra de nuestro anfitrión.